Salvador Higueras
26 años
Santa Fe, Granada, España
Tweet-sinopsis: "Nuestro destino puede dar un giro inesperado en cualquier instante".
Otra noche más en esta ciudad que se me hace tan grande, en la que la ingente cantidad de personas que la habitan, solo es superado por la sensación de soledad que transmite a cada paso que doy. Cada segundo que paso inmerso en este mar de almas anónimas, en el que nadie es quien parece ser, se me atraganta y forma un nudo en mi estómago, sacándome de mi mundo de recuerdos, aquel al que acudo siempre que puedo, y que es el fino lazo que me une aún a la cordura.
Con el transcurrir de los años me he ganado el título de hombre solitario a pulso, he creado una coraza que hace q todo aquel que tiene el dudoso placer de conocerme, salga espantado sin mirar atrás. Todavía a veces me asalta el recuerdo de cuando era un feliz empleado de banca, qué tiempos aquellos… cuando todo era normal, y tenía un hogar, una esposa que me quería, que admiraba mi persistencia y saber estar, y que nunca llegaba a comprender como podía ser tan positivo, respondiendo con una sonrisa incluso en los momentos más delicados… Pero todo eso quedó atrás.
Aún recuerdo aquel nefasto día en que todo cambió. Eran las seis y media de la mañana de un gélido lunes de diciembre y todavía no había amanecido. Todo era normal, otro día más en la rutinaria vida de los Jiménez.
Como cada mañana, el despertador había sonado puntual a las seis, arrancándome de las garras de Morfeo de un plumazo, haciendo que, aún tumbado y sin haberme recuperado totalmente de las escasas cuatro horas de sueño que acostumbraba dormir, abriera los ojos y mirara a mi derecha para mirar a Lucía, constatando una vez más, que seguía ahí, casada conmigo, haciéndome sentir que la suerte me sonreía y que todo no había sido producto de un sueño del que cada día temía despertar.
- ¿No te quedas ni un ratito más en la cama? Si te da tiempo…
- Lo siento guapa, hoy no puedo, ayer llegué con algo de retraso y hoy estará esperando el director de la sucursal para ver si se repite la jugada, ya sabes que están buscando cualquier excusa para reducir la plantilla del personal del banco con estos tiempos que corren.
- Esta bien, ¡Diviértete entonces! Jaja.
Me levanté de la cama, me vestí lo más rápido que pude, y preparé el desayuno como de costumbre: tostadita de tomate y aceite, acompañados de café con leche, como decía siempre mi padre: “no hay nada como un saludable desayuno mediterráneo”.Me dispuse a dar buena cuenta de ello, sentado junto a la mesa de lo que intentaba ser una pequeña cocina improvisada, compuesta de dos taburetes de madera y una mesita plegable, colocados junto a la única ventana de nuestro loft de 30 metros cuadrados , situado en la quinta planta de un modesto edificio cercano a la madrileña estación de Chamartín, que se alzaba tímidamente, eclipsado por la majestuosidad de las cuatro ostentosas torres edificadas recientemente, que eran consideradas el “techo” de la capital y de todo el país, al tener cada una mas de doscientos metros de altura.
Me hallaba absorto en mis pensamientos, leyendo la sección de deportes del periódico en mi smartphone, el cual se había convertido casi en una prolongación de mi brazo, ¡Buf! ¡Era un yonki de aquel maldito cacharro!
De repente percibí el sonido de unos pasos apresurados por la calle que lindaba con el edificio, seguido de un grito tan desgarrador que hizo que sintiera un escalofrío.¿Era producto de mi imaginación aún turbada por el sueño o lo había escuchado realmente? Me dispuse a mirar por la ventana, y cual fue mi sorpresa al ver como una chica que no aparentaba llegar la mayoría de edad, ataviada con un uniforme escolar que me resultó extrañamente familiar, huía de un vehículo de alta gama, que se dirigía hacia ella a toda velocidad, lo que me hizo recordar la multitud de casos de menores raptados las dos últimas semanas cerca de los accesos a los colegios de la zona. No había tiempo de llamar a la policía, ni de constatar que se trataba realmente de un secuestro o era fruto de una mala valoración de la situación por mi parte, así que tomé una decisión que lamentaría durante años y, sin pensármelo dos veces, salí disparado hacia la puerta de salida del loft y bajé a zancadas las escaleras del edificio, agradeciendo a cada paso la hora de carrera continua que realizaba todas las tardes y que hizo q la carrera que me estaba pegando no alterara demasiado mi respiración. Salí a la calle y eché a correr hacia aquel vehículo negro y sin placas de matrícula, que ya había dado alcance a la chica. Lo que no sabía en aquellos momentos, es que a cada zancada me iba aproximando más y más a lo que sería el final de mi vida tal y como la conocía hasta hoy...
Guay! otra historia intrigante... esto se va animando! me gusta mucho esta historia, cómo continuará? ^_^
ResponderEliminarBesillos
Salvador tenia guardada esta faceta suya ... jeje La verdad que pinta bien !!
ResponderEliminarGracias a los dos! Tu historia es muy interesante también Nefer! Vamos q esto solo esta empezando jeje
ResponderEliminarLa vin Salva, me has dejado a cuadros, está genial eh??
ResponderEliminarGracias Jaime, se hace lo que se puede teniendo en cuenta el tiempo que llevo sin leer, y que me encuentro un poco oxidado en esto de escribir, pero con que el que lo lea pase un ratito entretenido me conformo. Un saludo!
ResponderEliminarOstia tío q guapa está, no conocía esa faceta tuya d escritor pero espero q sigas, ahora kiero saber q va a pasar jejeje un abrazo y saludos a todos desde tierras gallegas!!!
ResponderEliminarGracias paco, no es nada del otro mundo Jejeje. Animate y escribe hombre, que seguro que nos dejas a todos a cuadros. Un abrazo. Cuidate
ResponderEliminareyyy Cruz me gusta, estoy bastante intrigada. Bonita forma de escribir Salva!!
ResponderEliminarEy Aisha no me había fijado en que comentaste.
ResponderEliminarMuchas gracias por la parte que me toca. Un abrazo!